First Militia of the Immaculata Village in the Diocese of Phoenix

08-18-2024Weekly ReflectionFr. Michael Gilbert

Dear Friends in Christ,

As we prepare for the foundation of the Militia of the Immaculata Village at our parish on August 27th, traditionally the Franciscan Feast of the Seven Joys of the Blessed Virgin Mary, we give thanks for all the many ways in which God and Mary have blessed our community. This is the first MI Village to be established in the Diocese of Phoenix. It is our hope that MI Villages will begin to form in other parishes of the Diocese as well. Promoting total consecration to Mary within a framework of missionary discipleship can only bring many blessings to our parish and to the Diocese as a whole.

I would like to take this opportunity to re-echo the invitation Bishop Dolan recently made to the millions of those who live within the boundaries of the Diocese of Phoenix: “If you are interested in becoming Catholic, or if you were baptized but never confirmed, we would like to invite you to participate in the OCIA (Order for Christian Initiation of Adults) program at our parish.” Each one of us plays a vital role in making others feel welcomed and embraced by our Catholic family, especially as we gather together each week for the Sunday Eucharist.

In 2011, Cardinal O’Malley of Boston put out a pastoral letter in which he stressed the need for us to re-discover amazement and awe in the presence of the Holy Eucharist. I encourage all of you to prayerfully read and reflect on this letter. He writes: “The Eucharist is Jesus’ great gift to us, and the fulfillment of His promise to be with us always until the end of time. It is a central part of God’s saving plan of infinite love for us. Many Catholics today seem to take the gift of the Sunday Mass for granted. It is a great sadness to me as spiritual leader of the Archdiocese of Boston to note that, on any given Sunday, so many Catholics choose to be absent from Mass. It was not that long ago that almost all Catholics went to Sunday Mass unless they were sick or incapacitated. In the early days of the Church, Christians did not enjoy the freedom of religion that we do today in the United States. They were regularly persecuted by the Roman authorities for attending Mass. Pope Benedict XVI often tells the story of the martyrs of Abitene (in modern-day Tunisia). In 303, forty-nine Christians suffered torture and martyrdom because they defied the Roman Emperor Diocletian’s order not to celebrate the Eucharist on Sunday. When asked why they had disobeyed the emperor, one of them said, “Sine dominico non possumus” — “Without Sunday, we cannot live.”

Through the merits of the Seven Joys of our Blessed Mother, we pray for the grace to attract many people to the Eucharistic Heart of Jesus. Without Sunday, we, too, cannot live.


Queridos amigos en Cristo,

Mientras nos preparamos para la fundación de la “Aldea” de la Milicia de la Inmaculada en nuestra parroquia el 27 de agosto, tradicionalmente la Fiesta Franciscana de las Siete Alegrías de la Santísima Virgen María, damos gracias por las muchas maneras en que Dios y María han bendecido a nuestra comunidad. Esta es la primera “Aldea MI” que se establece en la Diócesis de Phoenix. Tenemos la esperanza de que las “Aldeas MI” comiencen a establecerse también en otras parroquias de la Diócesis. Promover la consagración total a María dentro de un marco de discipulado misionero sólo puede traer muchas bendiciones a nuestra parroquia y a la Diócesis en su conjunto.

Me gustaría aprovechar la oportunidad para hacerme eco de la invitación que el Obispo Dolan hizo recientemente a los millones de personas que viven dentro de los límites de la Diócesis de Phoenix: “si estás interesado en convertirte en católico, o si fuiste bautizado pero nunca confirmado, nos gustaría invitarte a participar en el programa OCIA (Orden de Iniciación Cristiana para Adultos) en nuestra parroquia.” Cada uno de nosotros desempeña un papel vital para hacer que los demás se sientan bienvenidos y abrazados por nuestra familia católica, especialmente cuando nos reunimos cada semana para la Eucaristía dominical.

En 2011, el cardenal O'Malley de Boston publicó una carta pastoral en la que destacó la necesidad de redescubrir el asombro ante la presencia de la Sagrada Eucaristía. Los animo a todos a leer y reflexionar en oración sobre esta carta. Escribe: “La Eucaristía es el gran regalo de Jesús para nosotros y el cumplimiento de su promesa de estar con nosotros siempre hasta el fin de los tiempos. Es una parte central del plan salvador de amor infinito de Dios para nosotros. Muchos católicos hoy parecen dar por sentado el don de la Misa dominical. Es una gran tristeza para mí como líder espiritual de la Arquidiócesis de Boston observar que, en un domingo cualquiera, tantos católicos eligen ausentarse de la Misa. No hace mucho tiempo que casi todos los católicos iban a la Misa dominical a menos que estaban enfermos o incapacitados. En los primeros días de la Iglesia, los cristianos no disfrutaban de la libertad de religión que disfrutamos hoy en los Estados Unidos. Las autoridades romanas los perseguían periódicamente por asistir a misa. El Papa Benedicto XVI cuenta a menudo la historia de los mártires de Abitene (en la actual Túnez). En el año 303, cuarenta y nueve cristianos sufrieron tortura y martirio porque desafiaron la orden del emperador romano Diocleciano de no celebrar la Eucaristía el domingo. Cuando se les preguntó por qué habían desobedecido al emperador, uno de ellos dijo: "Sine dominico non possumus" - "Sin el domingo, no podemos vivir".

Por los méritos de las Siete Alegrías de nuestra Santísima Madre, oramos por la gracia de atraer a muchas personas al Corazón Eucarístico de Jesús. Sin el domingo tampoco podemos vivir.

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